miércoles, 8 de octubre de 2008

Siempre habrá pueblos dispuesto a acoger la Fe.

Con un claro mensaje de esperanza se dirigió nuestro Santo Padre, Benedicto XVI, a los padres sinodales. Este mensaje no solo nos sirve como ánimo, sino que a la vez nos da seguridad en nuestro trabajo diario y cotidiano. En cada esfera de nuestra vida debemos sumar esfuerzos para poner a Dios en el centro de todo. Ya que tenemos la certeza de que todo nuestro trabajo será útil y que la Fe nunca se acabará. La fuerza de la Fe sigue igual de fuerte que siempre ya que nuestra sociedad sigue necesitando a Dios. El hombre siempre estará abierto a recibir el mensaje de Dios. A lo largo de las vicisitudes históricas se ha demostrado que la palabra de Dios no es una palabra inerte , que su mensaje no es un mero texto histórico, sino que Su palabra está totalmente viva y permanacerá con nosotros hasta el final de los tiempos.

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